Si estoy bien...Por que me siento mal???

La ansiedad y el miedo son emociones. La ansiedad es un estado no placentero producido por razones difíciles de identificar que, cuando se prolonga durante un mes, puede alterar el rendimiento de una persona en distintas áreas de su vida. El miedo, en cambio, se define como una respuesta emotiva y fisiológica a una amenaza externa reconocida. Es decir que cuando una persona siente miedo puede identificar la razón; cuando sufre ansiedad, no.
Tanto el miedo como la ansiedad van acompañados de síntomas autonómicos —propios del sistema nervioso autónomo— que a su vez conducen a la fatiga o agotamiento. El límite de la patológica no es tan claro. Los factores para marcar la línea de la enfermedad son: el tiempo de la vivencia, la intensidad de la misma y la incomodidad de una situación. Pero lo que realmente delimita esta frontera con lo patológico es su consecuencia: el deterioro en la calidad de vida, desempeño laboral o adaptación social. Sin embargo, el sufrimiento mismo justifica el inicio de un tratamiento.
Prácticamente toda persona experimenta ansiedad en algún momento de su vida. Pero, a diferencia de otras enfermedades crónicas, los síntomas comienzan a manifestarse a temprana edad. Se estima que los pacientes comienzan a padecerla durante la adolescencia (alrededor de los 15 años), pero es entre los 25 y los 45 años donde se ubica la mayoría de los afectados. Trasladado a las etapas de la vida de una persona, el momento coincide con la finalización de la formación profesional, el inicio de la actividad laboral, la formación de una familia y el crecimiento a nivel laboral.
Existen muchísimas formas de tratar la ansiedad. Para su clasificación, las hemos dividido en dos grandes grupos:

Con medicamentos
La mayoría de las teorías sobre los trastornos de ansiedad se centran sobre una alteración en el funcionamiento de tres circuitos de transmisión neuronal que involucran moléculas tales como la serotonina, la noradrenalina y el ácido gamma amino butírico (GABA). Estas moléculas son sintetizadas en el cerebro para permitir funciones clave como la modulación de la actividad cerebral, la memoria, manifestación, y expresión emocional, entre otras [1].
La finalidad de cualquier tratamiento para los trastornos de ansiedad es la reducción de los síntomas para que el paciente pueda retomar el control de su vida. Para lograrlo, el paciente deberá atravesar dos etapas que damos en llamar fase aguda y fase de mantenimiento.
Fase aguda: es el momento de crisis para el paciente, es decir, el momento de mayor alteración en su vida cotidiana. La ansiedad puede poner en riesgo su trabajo, su estabilidad familiar o incluso su integridad física. En esta fase, los síntomas pueden experimentarse como severos.
Fase de mantenimiento: ya se inició un tratamiento y existe una reducción en la severidad de los síntomas o bien ya han sido controlados.
Habitualmente el tratamiento con medicamentos suele combinarse con varios fármacos para obtener una respuesta favorable para el paciente ansioso. Esto ha hecho que diversas estrategias farmacológicas deban utilizarse para lograr que el paciente acceda a un estado de bienestar y funcionalidad.


Sin medicamentos
Existen numerosos métodos para tratar la ansiedad sin la utilización de fármacos. Ellos son:
Psicoeducación
Los abordajes educativos son un elemento fundamental para los pacientes con trastornos de ansiedad. En las etapas iniciales del tratamiento, el médico debe explicarle al paciente el tipo de trastorno que padece y sus consecuencias, además de guiarlo en sus primeros pasos hacia el control de sus síntomas.
La educación sirve para generar conciencia de la enfermedad, lo cual es fundamental para la implementación de cualquier tipo de tratamiento en el futuro y cualquier disciplina médica. De igual manera, la educación da a los pacientes una dimensión sobre los principios fisiológicos de sus síntomas a la vez que reduce la incertidumbre y el desconocimiento sobre su experiencia.
Psicoterapia
Si bien a veces incluso los médicos subestiman este aspecto, no existe una herramienta tan poderosa para el tratamiento como la relación médico-paciente. Esto es fundamental para el paciente con ansiedad, ya que suele existir el sentimiento de abandono e incomprensión. Así, las expresiones de empatía y acompañamiento durante el proceso de dolor, así como ayudar al paciente para que identifique y exprese sus sentimientos, son parte de esta relación terapéutica de soporte.
La psicoterapia psicodinámica explora las bases del comportamiento humano con la finalidad de que el paciente consiga hacer introspección sobre su problemática y cambiar, en consecuencia, su conducta. Los principios psicodinámicos y sus técnicas funcionan de manera efectiva en intervención en crisis, tratamiento a corto y largo plazo, terapia de pareja, de grupo, de familia e individual.
Terapia cognitivo conductual
Se deriva de la teoría del aprendizaje y se enfoca en cambiar comportamientos específicos de una manera estructurada, basada en tareas y generalmente en tiempo limitado. Puede ser una buena opción, en especial con las fobias o el trastorno obsesivo compulsivo. Existen diversas técnicas conductuales aunque el principio común al tratar la ansiedad o las fobias es la exposición directa in vivo al estímulo atemorizante.
Otra técnica conductual es la desensibilización sistemática, en la cual el paciente y el terapeuta construyen una escala de escenas relacionadas al síntoma, jerarquizándolas de menor a mayor malestar. La idea es que, mediante técnicas, el paciente aprenda a estar relajado al ser expuesto a distintas escenas. Luego se lleva a la vida real.
Los aspectos cognitivos también son atendidos partiendo de que el malestar surge de patrones inadecuados de pensamientos. La idea es replantear estos pensamientos llevándolos a un enfoque positivo para el paciente. Esta terapia ha demostrado cierta utilidad para atender la ansiedad de desempeño y la fobia social.
Intervención social
En este enfoque se trabaja con la familia como sistema, lo que representa ventajas clínicas significativas ya que esto depura el diagnóstico, acelera el tratamiento y mejora el apego al mismo por parte del paciente. Así, el médico brinda una gran ayuda al educar a la familia acerca del trastorno de ansiedad. Es para destacar, además, que esta forma clarifica y fortalece el entendimiento para el paciente, como dirimir en cierta medida los sentimientos encontrados que suelen despertar este tipo de situaciones.
Otras técnicas
Son técnicas complementarias al tratamiento que suman esfuerzo con la finalidad de mejorar el estado global del paciente. Aquí se engloban principalmente:
• Técnicas de relajación: un ejemplo es la meditación (estar sentado en un lugar tranquilo, silencioso y aislado que permita enfocarse en la respiración, su modulación y vaciar la mente de pensamientos por espacio de 15 a 20 minutos con 2 sesiones diarias).
• Ejercicio (preferentemente aeróbico): incrementa la neurogénesis y la liberación de sustancias asociadas a la disminución del estrés.
• Higiene del sueño: son recomendaciones básicas para iniciar el descanso nocturno así como el control del ambiente necesario, pues el tipo de insomnio que predomina entre los pacientes con ansiedad es el inicial (dificultad para iniciar su sueño).
• Relajación muscular progresiva: consiste en concentrar la atención sobre distintas zonas del cuerpo para generar conciencia del estado corporal; también realizar tensiones controladas y luego relajar en varias sesiones y con distintos grupos musculares.
• Biofeedback: se enfoca a través de la retroalimentación mediante imágenes o sonidos que le traducen los niveles de ansiedad para modificar las respuestas biológicas. Esto puede ser especialmente útil en el tipo de ansiedad generalizada.




Según dicen, los Blogs que escribimos son el reflejo de los sentimientos de las personas que los mantenemos.
Decidí tocar este tema, por que venia atravesando por una etapa un tanto difícil.
Más de una, es altamente probable que se identifique con lo que voy a platicarles.
Estaba con esos “genios” que ni una misma se aguanta, todo lo veía caótico, y de muy mal humor, la paciencia con mis hijos era nula, con mi esposo igual; pero se que algo pasaba por que no suelo ser así todo el tiempo.
Decidí ir al doctor (tambien es inteligente pedir ayuda cuando no se puede sola), y tuvo el buen tino de recetarme unas “pastillas”, que felizmente tuve la brillante idea, de averiguar que era exactamente lo que iba a tomar.
Resulto ser, que las pastillas eran indicadas para un cuadro de psicosis; y seamos honestas, estaba de malas, pero tampoco psicotica!!!!
Y además, como un plus, a la larga, crean dependencia.
Salí a caminar, y decidí que mi caso no era tan grave y que podía encontrar otras maneras de sentirme mejor; regrese y seguí investigando (Dios bendiga a los inventores de la Internet!!)Y encontré un artículo donde hablaban de las consecuencias de una deficiencia de Vitamina “B”, y concluía el artículo diciendo que era muy recomendable para casos de ansiedad y stress.
Genial!!!..Mejor unas vitaminas.
Déjenme decirles que desde hace una semana, vengo tomando un complejo vitaminico , salgo a caminar mas seguido y hago Yoga todos los días; y me he sentido muchísimo mejor, y sin las consecuencias, que podría haberme provocado las “pastillitas”
Es cuestión de pensar, que una mujer valiente, puede afrontarlo todo; aunque para eso requiera pedir ayuda.!!!